¿Podemos jugar videojuegos?... ya no hemos jugado

Tiempos compuestos y formas verbales

Los verbos son palabras variables porque pueden cambiar sus formas, según la persona que realiza la acción, así como su número, el modo y el tiempo en el cual la lleva a cabo; por ejemplo, grité, grito y gritaré son variaciones del verbo gritar. En cada una se expresa la misma idea o acción, pero cambia el momento en que se realiza. A esta categoría gramatical, que permite ubicar temporalmente las acciones en relación con el momento en que se habla, se le llama tiempo verbal.

Así, si quieres comunicar una acción del pasado, debes emplear un verbo en pretérito, y cuando expresas una idea sobre algo que aún no ocurre, necesitas usar un verbo en futuro, ya que el sentido de una oración puede cambiar drásticamente si se usan tiempos verbales distintos a los que se requieren; por ejemplo, si se dice “Trabajé doce horas seguidas”, se expresa que el sujeto de la oración realizó ya una acción; en cambio, en “Trabajaré doce horas seguidas”, se anuncia que el sujeto llevará a cabo la acción en el futuro.

Los tiempos verbales pueden dividirse en dos. Por un lado, están los tiempos simples, que son aquellos que se conjugan con una sola palabra: presente, pretérito, futuro, copretérito y pospretérito.