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#PalabrasClave
raíz
familia léxica
morfemas
derivación
prefijos
sufijos
¿Sabes cómo es un submarino, has utilizado un destornillador o has ido a una librería?, ¿qué sucedería si a los sustantivos anteriores se les quitaran las letras “sub”, “des” y “ería”?
El español tiene miles de vocablos mediante los cuales nombras todo aquello que te rodea, como personas, animales, objetos, sentimientos, etcétera.
Muchos de estos contienen grupos de letras, ya sea al principio o al final, que les añaden un significado. Por ejemplo, “sub”, que significa “debajo”, como en subterráneo, subdirector, submarino o subjefe.
Todas las palabras del idioma español, cuentan con una raíz o un lexema, que es la unidad mínima de significado. Por ejemplo, silla, ensillar, sillón y silloncito tienen en común el grupo de letras “sill”, que es la raíz y transmite el significado de “espacio para sentarse”.
Muchas palabras del español se forman por derivación, proceso que consiste en agregar morfemas a una raíz, o sea, grupos de letras que le dan un significado particular al vocablo; por ejemplo: desenredar, deshacer, deshora y desconfiar tienen en común el morfema “des”.
A los morfemas que se colocan antes de la raíz de una palabra se les llama prefijos.
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Un prefijo es un morfema con significado propio, que siempre se añade antes de la raíz de una palabra; por ejemplo, extra-, sobre- y bi-.
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Ten en mente que un prefijo se añade a la raíz de una palabra y determina su significado; por ejemplo, en “deshacer” y “rehacer”: el prefijo des- significa “reversión”; en cambio, -re, “repetición”.
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Los prefijos no modifican la categoría gramatical de una palabra; por ejemplo, en “desmarcar”, “enmarcar” y “remarcar”, a pesar de que cambia el prefijo, todas son verbos.
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La excepción a la regla anterior son los prefijos multi- y anti-, que a veces convierten un sustantivo en un adjetivo; por ejemplo, tareas-multitareas y arrugas-antiarrugas.
El uso de palabras con prefijos es muy común, probablemente las hayas empleado sin darte cuenta. Piensa en los vocablos que usas cotidianamente e intenta identificar si hay prefijos en ellos.
Ten en mente que los prefijos son muy importantes para dar significado a una palabra; por ejemplo, “sobrehumano” e “infrahumano” son vocablos cuyos significados son contrarios gracias a la presencia de los prefijos sobre-, que significa “exceso”, e infra-, el cual quiere decir “inferior” o “debajo”.
Recuerda que la mejor forma para familiarizarte con el uso de este tipo de morfemas es mediante la práctica.
Los sufijos son morfemas que se añaden después de la raíz de una palabra; por ejemplo, manotazo, portazo y martillazo comparten el sufijo -azo, que en este caso se refiere a un golpe dado con lo designado por la palabra base.
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Los sufijos son morfemas que se añaden después de la raíz o el lexema de una palabra; por ejemplo, -ería e -ita/-to.
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Al igual que los prefijos, los sufijos determinan el significado de una palabra y crean nuevos vocablos; por ejemplo, de la raíz “mar” se pueden obtener las palabras marea, maremoto, marino y marejada.
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Los sufijos contienen información gramatical, es decir, pueden señalar rasgos como el número o el género de la palabra; por ejemplo, en “amistosos”, el sufijo -osos significa cualidad e indica género masculino y número plural.
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Generalmente, los sufijos cambian la categoría gramatical de una palabra; por ejemplo, “cantar” es un verbo, pero si a la raíz se le añade el sufijo -ción, se forma el sustantivo “canción”.
En español se emplean muchos sufijos, para formar palabras; por ejemplo, a la raíz “lech”, se le pueden añadir diversos sufijos, como -e, -oso, -ero y -ería; así, se obtienen los vocablos “leche”, “lechoso”, “lechero” y “lechería”.
Cuando los sufijos se añaden a un sustantivo o un adjetivo o forman uno de estos, proporcionan información gramatical sobre el género (masculino o femenino) y el número (singular o plural) de la palabra.
Conocer tu lengua te ayudará a emplearla a tu favor: entre más sepas cómo funcionan los componentes del español, mejor será tu capacidad para expresarte y entender a otras personas.
Las palabras permiten que nombres todo aquello que te rodea; muchas han cambiado su forma con el paso del tiempo y otras se han creado mediante procesos como la derivación. Esta sucede cuando se le añade un morfema a la raíz de una palabra: si va antes, se le conoce como prefijo; en cambio, cuando va después, se llama sufijo.
¿Conoces otro tipo de morfema?
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