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#PalabrasClave
violencia
violencia autoinfligida
violencia interpersonal
violencia colectiva
¿Has presenciado agresiones contra alguno de tus compañeros de escuela?, ¿cómo reaccionaste? El ser humano puede faltarle al respeto a otro o lastimarlo. Estas acciones se han vuelto normales en ciertos contextos; sin embargo, eso no quiere decir que sean correctas. Es importante que conozcas los distintos tipos de agresiones para que sepas cómo reaccionar ante ellas y prevenirlas.
Según la Organización Mundial de la Salud, el término violencia se define como “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad, que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”.
La violencia puede ser de tres tipos: física, cuando una o más personas golpean a otra; sexual, que se refiere a los actos en contra de la privacidad del cuerpo de un ser humano; y emocional, que se expresa mediante gritos, malas palabras o ignorar a otro.
Además, es posible clasificar la violencia en tres tipos, de acuerdo con la persona que la genera.
Es importante que sepas identificar situaciones violentas, pues este es uno de los primeros pasos que hay que seguir para detenerlas, prevenirlas y convivir de forma pacífica con los demás.
En tu escuela, es posible que detectes conductas violenta que pueden afectar a uno o varios de tus compañeros, ¿se te ocurren algunos ejemplos?
Acoso verbal
Este ocurre cuando alguno de tus compañeros se expresa con palabras crueles, insultos, apodos o amenazas hacia otro niño.
Es posible, por ejemplo, que en tu escuela algunos compañeros le hagan bromas pesadas a otro. Esta es una situación de violencia y, de no detenerse, puede convertirse una agresión más grave.
Acoso físico
Este se caracteriza por un comportamiento agresivo e intimidatorio de un compañero hacia otro; incluye patadas, golpes, zancadillas o empujones. Estos actos violentos no deben aceptarse; es necesario detenerlos, pues pueden generar agresiones mayores.
Acoso social
El objetivo de este es evitar que la víctima se una o forme parte de un grupo. Ocurre, por ejemplo, cuando a alguno de tus compañeros lo excluyen en los partidos de fútbol del recreo o cuando los demás procuran que un niño se quede solo en el comedor. Estas actitudes pueden provocar un intenso dolor emocional en la víctima, por lo que es preciso evitarlas.
Acoso cibernético
Este consiste en la intimidación o acoso que se produce en las redes sociales, los mensajes de texto y los correos electrónicos. A través de estos medios, el acosador difunde rumores, mentiras o amenazas que causan problemas emocionales a la víctima. Esto sucede, por ejemplo, cuando un compañero comparte un mensaje en Twitter insultando a otro. En este caso, no debes compartir ese mensaje, sino hablar con un adulto al respecto.
Por otro lado, además del daño físico que puede implicar la violencia, esta trae consigo otras consecuencias en la salud mental: las víctimas de violencia pueden sentirse tristes, ansiosas o adoptar conductas que pueden ponerlas en riesgo. Todo ello, a su vez, puede dañar el cuerpo.
La violencia afecta la salud mental de la víctima y puede traer consecuencias muy serias, incluso la muerte de una persona.
Para prevenir situaciones de violencia es necesario identificar agresiones, poner límites y, desde luego, acercarse a las personas o instituciones que cuidan que se apliquen las leyes relacionadas con la prevención de la violencia y la protección de las víctimas.
Como puedes ver, los conflictos son comunes en distintos ámbitos de la vida cotidiana. Por ello, es necesario que conozcas formas de solucionarlos de manera pacífica, ya que recurrir a la violencia para resolver conflictos solo genera más problemas y agresiones mayores.
El respeto y el diálogo son dos grandes herramientas para promover espacios pacíficos y que permitan el desarrollo de los seres humanos. Así, es posible convivir con otras personas y tratarlas con respeto.
Entonces, si se presentan diferencias entre dos o más individuos, el diálogo funciona para llegar a acuerdos que ayuden a convivir en armonía.
Es importante que, cuando te relaciones con otras personas, expreses lo que quieres y necesitas. Las demás personas no siempre estarán de acuerdo contigo, pero debes respetar sus opiniones y necesidades.
Si hay dos o más opiniones contrarias, el diálogo ayudará a encontrar una solución pacífica que evite actos de violencia.
Además del respeto y el diálogo, existen otras técnicas para la resolución pacífica de conflictos que puedes aplicar tanto en la escuela como en tu vida cotidiana, ¿conoces algunas?
Negociación
Esta ocurre cuando varias personas hablan para buscar una solución que beneficie a todos. Los involucrados se escuchan y se expresan con respeto y atención; aceptan ceder en algún aspecto para finalmente llegar a un acuerdo.
Mediación
En la mediación, una persona externa al conflicto interviene para ayudar a los involucrados a que encuentren una solución o lleguen a un acuerdo. Por ejemplo, si dos de tus amigos discuten sobre a qué jugarán durante el recreo, puedes intervenir como mediador para ayudarlos a elegir un juego donde ambos se diviertan.
Arbitraje
En esta técnica, interviene una persona con autoridad para elegir una solución justa a un conflicto. Por ejemplo, si tú y tus compañeros de equipo no pueden ponerse de acuerdo sobre qué tema exponer, un docente puede intervenir y elegir el tema por ustedes.
La violencia es todo aquel acto que lastima de manera física o emocional a otra persona, a un grupo o a ti mismo. Si los actos violentos se identifican, será más sencillo detenerlos, denunciarlos y prevenirlos. Existen varias formas para evitar la violencia y solucionar conflictos, como el diálogo, la negociación, la mediación y el arbitraje. Mediante ellas, se puede llegar a acuerdos respetuosos que propicien una convivencia pacífica y armoniosa.
¿Cómo llegarías a un acuerdo con tus compañeros para evitar actos violentos en tu escuela?
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